En un análisis titulado Los tuits del odio, aparecido en el diario El País, Joan Queralt, catedrático de Derecho penal de la Universidad de Barcelona argumenta elocuentemente que los tuits antisemitas, a pesar de su bajeza moral, no constituyen delito.
El análisis de Queralt es clarísimo y su argumentación de las cuestiones penales me ha convencido. Es difícil, o directamente imposible, estar en desacuerdo con sus valoraciones éticas.
Sin embargo hay tres cuestiones que me gustaría apostillar:
1) Queralt dice que «la sociedad parece inmune» a la incitación directa a la violencia por motivos racistas o antisemitas. La gente, en especial los judíos europeos, tenía esa misma sensación en los años ’30. En aquellos años nadie pensaba que el horror mas absoluto podía ocurrir.
La psicología nos enseña que los seres humanos tendemos a minimizar riesgos (optimism bias) en función de los eventos que suceden alrededor nuestro (representativeness heuristic). Es evidente que en la España de hoy no hay pogromos, y yo creo que no va a haberlos mañana, ni pasado mañana tampoco, pero esto no es garantía de nada a mediano plazo. En Alemania, tal como describe Arendt en su tratado del totalitarismo, el antisemitismo fue el agente catalizador del nazismo. Esto no sucedió de la noche a la mañana.
España no suele salir bien parada en estudios sobre antisemitismo, uno muy reciente es el de la Anti-Defamation League, según el cual un tercio de la población adulta de España tiene algún tipo de actitud antisemita. Por supuesto que se puede mantener una actitud escéptica ante este estudio, aunque ello no lo invalida. Según estos datos se puede afirmar que la sociedad española parece menos inmune a tales sugestiones que la holandesa, por ejemplo.
2) Entiendo que debe haber un nexo causal directo entre la incitación y el delito para que sea delito, pero cuando alguien dice «vamos a matar judíos» ya es demasiado tarde, la gente sale a participar en pogromos por incitación directa o de manera espontánea, pero se requiere una formación de opinión previa. Por eso en otros países las expresiones de antisemitismo y la exhibición de sus símbolos están penadas (y no solo la incitación al odio cuando se demuestra un nexo causal directo entre la incitación y el delito).
3) Queralt habla de «este contexto de nulo nivel cultural que convierte a algunos seres humanos en energúmenos», pero la historia del nazismo, y del antisemitismo de los últimos dos siglos, demuestra que hay muchas personas brillantes y tremendamente educadas que han sido antisemitas y/o se han dejado seducir por el nazismo, siendo Heidegger el ejemplo mas notable. Es decir, no debemos confiar en que el nivel cultural sea una garantía contra la barbarie.
En varios países que han padecido el nazismo (Holanda, Alemania o Austria por ejemplo) y que han visto desaparecer a sus poblaciones judías (3/4 de los judíos holandeses fueron exterminados durante la Segunda Guerra Mundial), estos tuits, intuyo, seguramente sí serían constitutivos de delito. Para mí, la ley española y la actitud general de laissez faire ante el racismo y, en especial, ante el antisemitismo son un indicador de lo poco que se entienden estos fenómenos y la poca importancia que se les da.