En “La mecanización toma el mando” Gideon escribe una historia anónima, formada por una trama de personajes interrelacionados entre sí. Pevsner, en cambio, escribe la historia de los titanes, «Pioneros del Diseño Moderno: de William Morris a Walter Gropius» trata de los héroes. La palabra Pioneros agiganta esta visión épica desde el título mismo.
La historia de Pevsner me hizo acordar a La Historia Argentina que me fue impartida en la escuela primaria: primero apareció tal patriota, que derrotó al invasor inglés, luego llegó otro patriota, quién decidió, junto a otros patriotas, que era conveniente independizarse de España. Más tarde apareció ex nihilo el héroe nacional, San Martín, que cruzó los Andes, liberó a Chile y Perú, llegó a Colombia y se encontró con Bolívar (el anti-héroe), quien, vaya a saber por qué extraña razón, no compartía el ideal sanmartiniano y no estaba dispuesto a trabajar junto al Gran Capitán. En fin, así siguió la historia hasta la conquista del desierto patagónico por parte del Gral. Roca y la consecuente erradicación de poblados indígenas. Y así nació Argentina.
El modelo de enseñanaza de la historia argentina, es el mismo que utiliza Pevsner en su libro, el más clásico de los clásicos de la historia del diseño. El modelo es simple: héroes que estipulan un camino y nuevos héroes que ensanchan y prolongan ese camino, el progreso es una ruta diseñada por iluminados.
Pevsner compone un canon para el diseño y la arquitectura, donde se inscriben los nombres de los héroes, tal como hizo Harold Bloom con la literatura en “El cánon occidental”. Una vez definido el cánon, la historia futura se limitará a la aprobación o el rechazo del mismo canon. Un ejemplo de rechazo al cánon es el libro “¿Quién teme al Bauhaus feroz?” de Tom Wolfe. También podemos ver el rechazo al canon que se da en el diseño posmodernista: si el modernismo es racional, el postmodernismo es irracional, si el modernismo es honesto el postmodernismo es frívolo. Si Pevsner establece un canon donde manda la función, los postmodernos, entonces, redefinen el concepto de función. Por ejemplo como sucede en el caso de archifamoso exprimidor Salif de Stark, que más que un exprimidor para exprimir zumo es un exprimidor para ser incluido en una lista de regalos de boda.
A veces el tono de lirismo que utiliza Pevsner, en especial en el uso de los adjetivos, se hace difícil de tolerar. Un ejemplo: hablando de un puente, Pevsner escribe:
…pura energía funcional lanzándose en una curva gloriosa para conquistar los 700 pies que medía entre las dos márgenes del profundo valle.
El espíritu calvinista que se advierte a lo largo del libro se hace explicito en el comentario sobre el simbolismo, el cual puede ser “un esfuerzo” hacia la santidad. Pevsner ve en Van Gogh un ejemplo de este esfuerzo: fuerte, autodisciplinado y exigente, en resumen, un exponente cabal del ethos protestante. Vale la pena recordar que Van Gogh se pintó en un autorretrato como un Cristo, o como un Buda. Esta virtud calvinista conduce a la realización del Movimiento Moderno del siglo XX.
Esta no es la única conexión del movimiento moderno con el arte. Hablando de la fábrica de turbinas de Behrens, Pevsner escribe, siempre manteniendo el tono lírico mencionado anteriormente:
El resultado es una perfecta obra de arte, tan finamente equilibrada que sus enormes dimensiones no se captan, a menos que se compare con las personas de la calle.
¿Obra de arte? ¿Es el equilibrio de las dimensiones el criterio para evaluar un edificio? Pevsner no dice nada más acerca del “edificio más importante que se diseñó antes de la guerra”. Nada acerca nada de la eficiencia del edificio, nada acerca de las mejoras para los obreros que trabajasen allí, ni acerca de la integración del edificio con su entorno, ni por supuesto nada acerca de temas mundanos, como la capacidad de un edificio para conservar el calor en invierno y mantener el fresco en el verano.
A pesar de su concepción de la historia como una carrera de relevos, el libro merece la pena ser leído, sin dudas, aunque sea por la significación histórica que tuvo, y tiene, para el diseño y la historia del diseño.
“Pioneros del diseño moderno”
Nikolaus Pevsner
Ediciones Infinito, Buenos Aires, 2000
27/11/2006 a las 4:27 |
waaaaaaaaaaa a la xuuuxa wooom
27/11/2006 a las 8:56 |
Eres Chileno? ;)
14/03/2007 a las 14:20 |
necesito imagenes la historia todo sore el diseño industrial,
12/09/2008 a las 1:02 |
nesesito las imagenes de evo morales de cuerpo completo, para ver la camisa y la chaqueta muchisimas gracias