Cada vez que paso el control de seguridad en los aeropuertos me surje la siguiente reflexión:
Si el agua mineral y los demás líquidos en cantidades mayores a las permitidas son potencialmente tan peligrosos, ¿cómo es posible que luego de requisarlos, los agentes de seguridad los dejen ahí a la vista de todos o los tiren en un vulgar container en vez de tratarlos con suma cautela como cundo se encuentra una bomba de la segunda guerra mundial en el centro de una ciudad?

Silogismo formalmente imperfecto: si requisan los líquidos es porque son potencialmente peligrosos, si no lo fueran, no deberían requisarlos, pero si son potencialmente peligrosos deberían tratarlos como tal. Si no los tratan como el cuidado que requieren las sustancias peligrosas, o bien les consta que no son potencialmente peligrosos y la premisa de potencial peligrosidad que legitima la confiscación es falsa, o bien los agentes son negligentes al dejar sustancias potencialmente peligrosas a la vista de todos, con el consiguiente peligro para la seguridad ciudadana. Si no son potencialmente peligrosos no deberían requisarlos. Si son negligentes, la seguridad de los aeropuertos debería estar en manos de personal más capacitado.
Tambén me pregunto qué ocurre con estos líquidos una vez que son confiscados, ¿se analiza cada botella para ver quéhay en su interior? ¿Cómo se custodian las botellas confiscadas? ¿Cómo se eliminan? Al fin y al cabo podría tratarse de materiales explosivos, no es para tomárselo a la ligera.
Aquí lo dejo.
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