La compañía estadounidense de automóviles Ford vendió a la empresa india Tata Motors sus marcas de lujo Jaguar y Land Rover por 1500 millones de euros. Los fabricantes del Tata nano, el coche más barato del mundo (por 1.500€), ahora venderán dos de las marcas más caras del mercado. sobre todo Jaguar, que es la quintaescencia del lujo a lo británico, clásico, refinado, elegante y casi discreto.
¿Como podrá una marca, propiedad de un grupo indio, seguir prometiendo britishness? El Jaguar ya hace rato que no es británico, sino estadounidenses (aunque los coches se seguían fabricando en Inglaterra) y los resultados financieros no eran buenos.
¿Que hará Tata ahora? ¿Emprenderá la paradójica tarea de, desde la perfieria de la ex-colonia, resucitar el espíritu británico de las marcas? ¿Acaso apostará por venderle a ricos ex-colonizados justamente el orgullo de haber derrotado al imperio colonizador? ¿Habrá un nuevo lujo multiculti? Tal vez ni una cosa ni la otra, en cualquier caso será interesante ver como evolucionan Jaguar y Land Rover.
Por otro lado, volviendo al Tata Nano, la popularización del éste y otros coches low-cost, con un coste accesible para cientos de millones de personas, supone enormes riesgos de impacto medioambiental.
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