Acabo de volver de Holanda, donde he visto bastantes cosas interesantes, entre ellas dos muestras de Experimenta, sobre las que quiero comentar alguna cosa uno de estos días.
Pero lo que más me sorprendió fué ver que una enorme cantidad de gente sigue usando móviles realmente muy viejos, modelos del 2000 como el 3410. Mi amiga Lilian, que cambia regularmente de ordenador, aún sigue usando su 8210 que resiste milagrosamente. Vale la pena aclarar que Lilian hace 10 años ya diseñaba websites.
Evidentemente muchos de los que en su momento fueron early adopters de telefonía móvil, han perdido el interés y les basta con su antiguo terminal que cumple con todo lo que necesitan.
Por supuesto que se ve mucha gente con terminales modernos, pero sorprende ver que algunos modelos que en España no se ven desde hace mucho tiempo sigan siendo tan populares en uno de los países más modernos del mundo.
29/09/2008 a las 19:23 |
Es que cuando algo funciona bien… mi fósil: http://www.gsmarena.com/sony_cmd_j70-280.php
29/09/2008 a las 19:39 |
El mateix passava fa uns anys amb la bici. Allí hi veies autèntiques relíquies que encara havien d’acabar d’exprémer, mentre que aquí ‘tots’ teníem la darrera mountain bike per anar amunt i avall per la Diagonal, els caps de setmana. Quelcom semblant passa amb els cotxes o els plasmes.
30/09/2008 a las 1:21 |
Los fósiles, unos objetos interesantes. Parece ser que la obsolescencia planfificada no estaba muy bien planteada por lo que respecta a terminales antiguos: sólidos, resistentes e infatigables. sin embargo, los nuevos se estropean a la mínima (se caen dos veces y la camara ya no va) se destiñen los botones con facilidad, las baterias duran lo que duran… creo que los terminales antiguos eran correosos, por eso están ahi. Otro tema son las eternas necesidades. Si España fuese un país en el que las videoconferencias con el movil y los servicios de «3g» fuesen mucho mas económicos, en las que la necesidad de contacto visual y la red fuese un imperativo, los usuarios renovararían su movil fácilmente, ya no por estar a la última, sino por una cuestión de comunicación social.
Hasta entonces, me quedo con mi nokia del año de la tos y mi tarjeta prepago. Y que duren.
30/09/2008 a las 8:47 |
mmmmhhhh… con determinados objetos establecemos un vínculo emocional. El móvil es uno de esos objetos personales al que asociamos, a base de experiencias de uso, unos valores emocionales muy fuertes. Es algo personal, una «parte nuestra» de la misma forma que no es lo mismo leerse una novela en dos libros distintos. Mi edición del Círculo de Lectores de «El Señor de los Anillos» en un sólo volumen está que se cae, pesa como un diablo, las hojas son casi de papel cebolla pero…
no la cambio, es MI edición de El Señor de los Anillos y aunque me regalaron la ilustrada de Minotauro, un lujo a todo color, ahí está, sin que la haya abierto más que para ver las láminas. Para leer prefiero la MÍA, la que está que se cae a cachos después de tanto uso y tantos tumbos en el Metro, «sabe» a auténtica. ¿Por qué? Bueno la única explicación que se me ocurre es que asocio una experiencia tremendamente positiva, lo que me hacía imaginar y disfrutar la novela mientras la leía, con ese libro-objeto concreto y NO con otro. La textura de la cubierta, su peso, sus páginas… lo tomo y evoca en mí determinadas experiencias y recuerdos.
Supongo que con el móvil pasará exactamente lo mismo. Todo lo que «hemos vivido» y «hablado» con ese objeto-teléfono-cámara-reproductor… lo vivimos con ESE dispositivo concreto y no con otro. Supongo que de ahí ese fortísimo valor emocional que le otorgamos a ese «fósil». Esa gran vinculación que establecemos (me acuerdo de mi querido y ya jubilado Opel Corsa 1.4, mi primer coche que dió el Do de pecho y tuvo que retirarse tras 14 años de servicio, me acuerdo de él y me viene una sonrisa con todo lo que he pasado con ese coche, evoco unos valores y unas experiencias emocionales con ese objeto, al igual que al ver una pequeña entrada a un castillo de Letonia guardada entre las hojas de un libro, de un delicioso viaje por los Bálticos).
Y todo ello me hace plantearme cómo puede extrapolarse esto a los sitios web. El diseño de cualquier objeto/site/espacio de información tiene que ser evolutivo pero… ¿qué tipo de valores asociamos a una interfaz consolidada en un amplio período de tiempo como por ejemplo Flickr o Idealista? ¿Qué sucede cuando se da un cambio radical en la interfaz (la parte visible, real o «física» de un espacio de información a unida un cambio en el modelo de interacción – modelo lógico? ¿Cómo afecta a la Experiencia de Usuario del sitio y en última instancia a la imagen de marca de la empresa (caso Windows con Windos XP por ejemplo)? Y viceversa… ¿qué sucede cuando exportamos valores emocionales de nuestras experiencias de uso de objetos cotidianos como nuestros reproductores de música a otros objetos de la misma marca como los ordenadores (caso Mac)?
¿?
Un buen montón de preguntas sobre las que reflexionar y para contestar.
Interesantísimo el post Ariel.
30/09/2008 a las 10:43 |
@ Jordi
Creo que con las bicis pasa algo diferente. La gente en las grandes ciudades holandesas tiene bicis viejas por los robos. Muchos tienen dos bicis, una vieja y arruinada para la semana y otra nueva y moderna para los fines de semana. En los pueblos las bicis suelen ser bastante nuevas.
Otra cosa es que allí se siguen fabricando un par tipos de bicicleta sobre las que no se innova y que son igual que hace 100 años, por ejemplo la bicicleta de abuela (oma fiets)
@Pau
Si recuerdo un modelo de Ericsson que era fuerte como una roca, una vez estuvo un rato largo sumergido en el agua y seguía funcionando XD
@Francisco
Interesantes preguntas. Se me ocurre con respecto a eso que comentas de la evolución de los sites que algunos de ellos, Amazon por ejemplo, reciben muchas críticas cuando cambian radicalmente. Pienso que estas críticas tienen más que ver con el acostumbramiento a la interfaz anterior (y la consiguiente resistencia al cambio) más que con problemas de la nueva interfaz. ¡Me cambiaron todo!
30/09/2008 a las 16:35 |
Ya, quizá sí sea por el motivo de los robos. Quizá no fuera un buen ejemplo, pero me refiero a que cuanto mayor es el nivel de desarrollo económico-tecnológico-cultural? menos valor se le dan a algunas aplicaciones tecnológicas. Yo mismo tengo un pedazo móvil que te cagas ;-)
30/09/2008 a las 16:40 |
Bueno, creo que tampoco es esto (pero no quiero teorizar sobre lo que no se), quiero decir: Israel, Japón y USA son países donde el gadgetismo está muy extendido y los tres son paises muy desarrollados.
2/10/2008 a las 8:21 |
@Ariel, sí, son críticas puntuales que se dan en un período de tiempo si el cambio de la interfaz y de la funcionalidad es relevante. No obstante también tiene que haber algo más, pienso. Por ejemplo, el otro día le cambié el fondo de pantalla a mi PC con Windows XP del 2001 y… ya no era el mismo, no me sentía cómodo trabajando con él, no era mi ordenador pese a que funcionaba y hacía exactamente lo mismo que durante los 7 años anteriores. El tema es curioso.
2/10/2008 a las 12:59 |
[…] que pueden darnos algunas claves para entender por qué algunas personas siguen prefiriendo sus móviles fósiles frente a terminales móviles de última […]
2/10/2008 a las 13:10 |
@Francisco
Pienso que la razón por la cual esta gente usa esos móviles viejos no siempre es por por apego a ellos o por una relación especial con el artefacto, seguro que en ocasiones si, pero también creo que hay algo de la ética calvinista de «si funciona bien, porque gastar en comprar uno nuevo?».
19/10/2008 a las 19:22 |
touché Ariel ;-) ahí le has dado, y más en estos tiempos.
22/01/2009 a las 20:53 |
[…] que condicionan una Experiencia de Usuario ríquisima e inigualable. Por otro lado creo que se establece una suerte de vínculo emocional entre el objeto concreto, un libro determinado, y la persona que lo […]