Soy un apóstata.
Primero he creído en las metodologías.
Luego he creído en la efectividad de sólo algunas de ellas. En 2001 escribí un articulito donde decía: «primero hicimos esto, y luego esto otro y luego esto otro y luego abracadabra, nos resultó esto». Fase 1 -> magia -> Fase 2 -> magia -> etc
Me lo creía de verdad.
Ahora, ya no creo en las metodologías como recetas. Pero les admito un gran y principal valor: su ficcionalidad.
La ficción de la utopía cultural: el querer hacer mejores productos y servicios, y el querer hacerlo bien.
Sucede lo mismo que cuando buscamos ser enteramente racionales y tomar la mejor decisión aún sabiendo que no somos enteramente racionales ni podremos serlo. Lo intentamos de todos modos.
El proceso de diseño es heurístico y analógico. De otra manera, no me explico el salto de una fase a la otra.
¿Las metodologías son el marco de representación?
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