Suele afirmarse que la universidad española está disociada del mundo real. Por lo que yo se, esta apreciación es correcta.
Para dar solución a esta desventajosa situación, las universidades buscan, cada vez con mayor frecuencia, involucrar a profesionales del mundo real. En general los profesionales imparten clases magistrales o se ocupan de asignaturas que simulan un proyecto.
Simplificando, se puede decir que la universidad los llama para que repliquen un situación real en un entorno artificioso. Las universidades buscan simular lo habitual, lo normal, lo aburrido, lo corriente. Buscan exponer a los estudiantes a la rutina de lo frecuente, para que la primera confrontación con el «mundo real» se de en un entorno de aprendizaje, que por definición es más seguro.
Sin embargo, especialmente en las disciplinas creativas, los profesionales a menudo aprovechan esta situación de proyecto artificial en la universidad para hacer algo «diferente» de lo que hacen cotidianamente. (Yo también lo he hecho.)
La experiencia pedágogica es tomada como un oasis mental, como un espacio libre de experimentación profesional, como una salida de lo cotidiano y de lo rutinario. Esto es comprensible, pero provoca un desencaje.
20/08/2009 a las 0:58 |
El alejamiento de la vida real en la universidad es patente. También hay que reconocer que ha sido algo bastante común en estos últimos años. Es algo que de una o de otra manera ha pasado siempre.
Es también muy cierto y muy recurrente el que la universidad hay muchísima endogamia. Esto también pasaba bastante con anterioridad.
El problema es que tener los mejores estudios universitarios, de la mejor universidad, y con el mejor curriculum te asegura mas o menos poco.
Saludos
20/08/2009 a las 7:14 |
Hola Paperman,
no se si te entiendo bien eso de «que te asegura poco»… ¿a qué te refieres?
1/09/2009 a las 10:49 |
No es que esté a favor del progreso descontrolado o sin motivo, pero en cierto modo el sistema de trabajo que prevalece en el diseño (los timings, el trabajar desde el principio con ideas más o menos finales—es decir, no asumir riesgos, ir sobre seguro—, la inseguridad del cliente—comprensible, sin duda—…) dificulta la innovación. El riesgo hace que, en muchos casos, los diseñadores tengan que hacer lo que ya han hecho mil veces y saben que más o menos funciona. Esto no es necesariamente culpa del cliente, porque los diseñadores también tienen miedo a equivocarse y, no sé, ¿perder el prestigio, o algo así? Aún así, se supone que los creativos son los responsables de aportar ideas y vías de comunicación nuevas.
No sé si los estudiantes piensan en esto cuando hacen lo que hacen, pero el tener vía libre para hacer prácticamente lo que se quiera es muy bonito, algo así como una utopía del diseño. Supongo que antes de empezar una carrera como esta cualquiera debe de imaginarse que la profesión, al salir de la universidad, va a ser así.
1/09/2009 a las 10:56 |
Hola skål, gracias por tu reflexión!
Muy acertado lo que comentas, aunque eso de trabajar desde el principio con ideas más o menos finales es lo cotidianoy y parece ser justamente una característica de la manera de pensar de los diseñadore. No podemos hacer mucho para cambiarlo, sólo hay que ser conciente de ello y tenerlo en cuenta al diseñar.
Tengo tu libro!!
hasta pronto