Everytime we say goodbye

Después de tres semanas en Buenos Aires ya me toca volver a casa.

Ya se como es. Lo he vivido muchas veces en los casi veinte años que llevo fuera: termino con los preparativos, reviso los pasaportes, doy una última mirada a la habitación a ver si me dejo algo. Después viene la hora de viaje de la casa de mi madre al aeropuerto, los peajes, estacionar el coche, encontrar el mostrador, posar para las fotos que sacará mi madre con su cámara analógica (que por suerte no llegarán a Facebook), el café a precio astronómico, alguna revista para el viaje.

En total la partida dura dos horas, más o menos. Dos horas que son la antítesis de aquellas dos cuando el avión, en el viaje de ida, empieza a dejar atrás Brasil, sobrevuela Uruguay y se acerca a Argentina. Sólo quiero llegar. Después el avión aterriza y llegan los reencuentros.

Pero esta vez es la partida y no la llegada, aunque también hay besos y abrazos.

Poso para las fotos, le agarro la mano a mi hija y me doy vuelta. La sensación es tan fuerte y conocida que se transforma en el saxo la trompeta de John Coltrane, el sonido hace vibrar cada parte de mi cuerpo: Every time we say goodbye I die a little.

Intuyo que será así. Tremendo como siempre.

También se que se me pasará. Y eso ayuda.

13 respuestas to “Everytime we say goodbye”

  1. Sebastian Says:

    Querido amigo, fue un gustazo volver a verte.
    Yo sigo tu blog seguido.
    Un abrazo.
    Sebas

  2. Ariel Guersenzvaig Says:

    :) igualmente matu, verte a voss siempre es una alegría. Y te espero en barcelona, cuando vengas nos vamos a hacer el tour gallego con herrera: santiago, lugo, vigo, ourense… como hace 20 años, quien sabe hasta podemos visitar a tu prima!

  3. Temo Says:

    ¡Animo, Campeón! Que a argentina la lleva uno en el corazón (yo tb)

  4. mausantambrosio Says:

    Uf, Ariel, me has puesto la piel de gallina. Me has hecho oír ese sonido y revivir mi propio ritual de la despedida. También sé que tarda en pasar lo que tarda uno en recuperar su rutina. Y una vez aquí, volvemos (al menos yo lo hago) a levantar ese espeso muro de hierro, entre el aquí y el allí, que evita que se filtren algunos sentimientos y nos permite seguir adelante. Al menos hasta el próximo encuentro.

    Un abrazo!

  5. carlangas Says:

    No puedo creer que, si bien es admisible que te falle el oído o tal vez la memoria, también flaquee tu retentiva visual y no recuerdes haber visto a Coltrane en alguna foto o en la carátula de alguna de sus grabaciones en vinilo con su saxo.

  6. Ariel Guers Says:

    @Mau
    A ver si quedamos!!!

    @carlangas
    Por supuesto…saxo saxo, yo tampoco lo puedo creer…el corazón altera la memoria.

  7. carlangas Says:

    Impelido por la intención de que corrigieras esta entrada y cegado por mi afición al jazz, no presté atención y olvidé agradecerte unos segundos de sincera nostalgia (con banda sonora) de cada aeropuerto, estación o andén por los que he pasado.

    Hay veces que el viaje es interior.

  8. Luiza Voll Says:

    Que bonito profesor!

    También «me has puesto la piel de gallina»! (me encanta esta expresión, no decimos así en Brasil ;-))

  9. Vanessa Ribeiro Says:

    Y parece que a cada año fuera de Brasil se me hace más dura la vuelta y las despedidas me duelen más fondo… no creo que esto mejore nunca!

  10. Ariel Guersenzvaig Says:

    @Vanessa
    Has estado por ahi ultimamente?

    @Luiza
    Y que se les pone? piel de jacaré?
    :P

  11. Luiza Voll Says:

    jejeje

    No! Para esto tenemos una palabra: «arrepio»

    :-)

  12. Ariel Guersenzvaig Says:

    Suena como una de mis palabras favoritas en portugues que es «cardapio» XD

  13. Selba. Says:

    Que bonito, así me sentí cuando marché de Holanda :)

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