Un bazar chino copia la imagen de la marquesina de un supermercado de la cadena Condis.

¿Qué se pretende lograr con esta imitación? ¿Adaptarse al entorno por mimetismo? ¿Adoptar aquello lo que los dueños del bazar creen que es un buen estándard de diseño corporativo? ¿Engañar a sus posibles clientes haciéndose pasar por una tienda anexo al supermercado?
Este es el envase de un delicado y exquisito Foie Gras, engullido con inefable placer durante las comidas y cenas de fin de año.

A pesar de lo que pueda parecer, el foie está elaborado por una empresa catalana. Eso sí, no es un Foei Gras común, es un Foie Gras de autor. Podemos hacernos una pregunta casi Foucaultiana: ¿quien es el autor al que se alude? ¿El pato, la madre del pato, el que le da de comer y le hipertrofia el hígado, el cocinero, el dueño de la empresa?
La expresión de autor, empieza a sonar con fuerza, igual que aquella otra expresión infame y vacía: de diseño.
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