El área de servicios representa una sustancial parte de la economía de los países desarrollados. Con la ubicuidad de las nuevas tecnologías la línea entre producto y servicio se desvanece, o mejor dicho, los productos se vuelven servicios. ¿Es Google acaso un producto?
Vale la pena preguntarse ¿como se enfoca la definición de servicios? Tradicionalmente el enfoque es o bien desde la institución o empresa o bien desde la tecnología. El diseño de servicios viene a ofrecer un tercer enfoque: las personas. El diseño de servicios opera en la intersección de las personas, la tecnología y el mercado. Es aquí donde existe una enorme oportunidad para diseñar servicios eficientes y relevantes pensando en las personas. No podemos seguir inundando el mundo de productos inútiles y altos en entropía. Los servicios pensados por tecnócratas tampoco ofrecen una salida.
Se trata de dejar de pensar en el consumo como medida de bienestar, para pasar a pensar en la satisfacción proporcionada por un flujo dinámico de servicios. Se trata de empezar a pensar en iluminación y no en bombillas, en movilidad sostenible y no en coches híbridos. ¿Qué necesita una persona específica, en un momento específico?
Los diseñadores tenemos un plan y se llama diseño de servicios.
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