Archive for the ‘Anécdotas’ Category

Everytime we say goodbye

7/01/2010

Después de tres semanas en Buenos Aires ya me toca volver a casa.

Ya se como es. Lo he vivido muchas veces en los casi veinte años que llevo fuera: termino con los preparativos, reviso los pasaportes, doy una última mirada a la habitación a ver si me dejo algo. Después viene la hora de viaje de la casa de mi madre al aeropuerto, los peajes, estacionar el coche, encontrar el mostrador, posar para las fotos que sacará mi madre con su cámara analógica (que por suerte no llegarán a Facebook), el café a precio astronómico, alguna revista para el viaje.

En total la partida dura dos horas, más o menos. Dos horas que son la antítesis de aquellas dos cuando el avión, en el viaje de ida, empieza a dejar atrás Brasil, sobrevuela Uruguay y se acerca a Argentina. Sólo quiero llegar. Después el avión aterriza y llegan los reencuentros.

Pero esta vez es la partida y no la llegada, aunque también hay besos y abrazos.

Poso para las fotos, le agarro la mano a mi hija y me doy vuelta. La sensación es tan fuerte y conocida que se transforma en el saxo la trompeta de John Coltrane, el sonido hace vibrar cada parte de mi cuerpo: Every time we say goodbye I die a little.

Intuyo que será así. Tremendo como siempre.

También se que se me pasará. Y eso ayuda.

Pequeña anécdota de domingo

30/08/2009

A los 15 años, mi hija ya ha superado unos cuantos momentos familiares difíciles, varias mudanzas, muertes de abuelos, cambios de país de residencia, el aprendizaje de un idioma nuevo… Es una chica con fuerza que no se deja intimidar ante la incompetencia de algunos de sus educadores (me incluyo), y que también sabe, por suerte, reconocer a aquellos que valen la pena.

A partir de setiembre irá a un cole nuevo. Otra vez. El inminente cambio conlleva, como es normal, momentos de incertidumbre y episodios de desasosiego. Momentos de tragedia adolescente, tan intensos y reales como efímeros. A medida que se acerca la fecha de inicio de las clases, aumenta la intensidad y la frecuencia de estos episodios.

El otro día vimos que en la web de su nuevo cole estaban colgadas las listas de alumnos para el próximo curso y las descargamos. No se si esto es kosher en cuanto al cumplimento de la LOPD, pero esta vez me da igual, porque al ver la lista, se nos ocurrió una idea: buscar a sus futuros compañeros en facebook. Encontramos a unos cuantos, los invitó como amigos y una chica le contestó. Han intercambiado un par de mensajes.

El 14/9 es su primer día de cole en su cole nuevo. Esta vez, gracias a la web, será algo menos difícil de lo que suele ser, seguirá siendo un momento difícil, y es verdad que aún no tendrá amigos, pero sí que tendrá amigos del facebook, ya no será una completa extraña y eso la hará sentirse menos sola. De todos modos cruzo los dedos, porque con los adolescentes nunca se sabe.

Carrefour Online necesita ayuda

13/08/2009

Hace unos días hice un pedido en Carrefour Online, tenían que venir entre las 18 y las 20, pero llegaron sobre las 21, aunque no es éste el tema que quiero comentar, sino el servicio de post-venta.

Controlando el pedido me di cuenta de que dos mozzarellas estaban a punto de caducar, llamé al servicio de atención al cliente y me dijeron que primero tenían que pasar a recogerlas y que luego me devolverían el dinero.

Al día siguiente vino el transportista en un camión refrigerado, del tipo muy grande, muy pesado, de esos de varias toneladas. Me dijo que él tenía que recoger las mozzarellas, informar que las había recogido y finalmente tirarlas a la basura.

¿No se podía hacer de otra manera?

¿Era necesario enviar un camión de varias toneladas a recoger dos bolas de mozzarella que cuestan 2,78€ PVP y que en total pesan 250g? Se me ocurren varias maneras más agiles de hacerlo (enviando una foto es la primera que me vino a la mente, es una bastante obvia, por cierto). ¿Tendría que haberme callado, no haberme quejado y haber perdido 2,78€ en beneficio del medio ambiente? ¿El tonto soy yo o son ellos?

El problema de las expectativas o que burros son en el Ministerio de Ciencia e Innovación

16/04/2009

A pesar de Bolonia y sus promesas de movilidad, para ser profesor en una universidad española es imprescindible tener homologado el título extranjero a un grado español. Hace un par de meses, y después de años de quejas de diferentes secretarías académicas y después de no haber podido dar clase en la Universidad de Barcelona por no tener el título homologado, me decidí a iniciar los trámites para convalidar mi licenciatura holandesa.

El trámite es bastante kafkiano y llegó al ridículo cuando tuve que traducir todo del ingles al castellano (!), porque claro, parece que los funcionarios encargados de evaluar los grados extranjeros no hablan inglés. Mi expediente académico está en inglés, como el de muchas universidades holandesas que lo expiden en inglés y en holandés pensando que de esta manera lo entenderán en cualquier lado. Wrong.

El absurdo llegó a un punto crítico hoy. Recibí una carta certificada donde me piden la «copia compulsada del título cuya homologación se solicita o certificación acreditativa».

Luego de esperar 15 minutos al teléfono, hablé con alguien de «expedientes» que me dijo que ellos esperaban un diploma. Se refería a un diploma de estos con ornamentos renacentistas, con escudos y filigranas, con bordes y sellos lacrados.

Mi diploma holandés en realidad es casi un certificado, es un simple folio DIN A4, con un relieve y el logo de la universidad. No se parece en nada a un «diploma español», pero dice todo lo que tiene que decir: entre otras cosas dice clarito el nombre de la universidad, que soy licenciado, tiene la fecha y el lugar de expedición. Pero no tiene ornamentos renacentistas, ni lacre, ni escudos. Eso sí, también está traducido al castellano por un traductor jurado y apostillado por el Ministerio de Educación holandés, como todo el resto de documentos que tuve que entregar.

Esta gente, los que van a estudiar mi expediente académico y, espero, a convalidar mi título, no han sabido reconocerlo.

Estar en manos de incompetentes me pone muy nervioso.

Ni un día de gracia

9/04/2009

Si quieres saber porque Ángeles Gonzáles-Sinde no puede ser ministra de cultura lee esto o esto.

Por suerte la Asamblea francesa no le dió el visto bueno a la ley antiP2P. Algo es algo.

Mi hija, que creció escuchando a Tom Waits y Elvis Costello, no para de escuchar la canción esa de Marta Sanchez y Carlos Baute.

Ya me la se de memoria, en un momento dado Marta le dice a Baute:

– Te envío canciones de 4.40

Y a pesar de los dudosos gustos musicales de mi hija, me quedo tranquilo porque Marta es de los nuestros.

¡Marta comparte!

Urizen

13/02/2009

Notable coincidencia. El Urizen es el barbudo con compás que aparece en la portada de dos (!) de los libros que estoy leyendo para mi doctorado.

libros
Los libros son Lo mejor posible de Jesús Mosterín y A Cartesian Approach to Design Rationality de Ömer Akin.

La imagen de la cubierta es una acuarela de William Blake llamada The Ancient of Days de 1794, que por supuesto también ha sido utilizada para un libro del mismo Blake.

blake

No hay dos sin tres.

Los investigadores de usuarios aman la escalada

5/02/2009

Sorprendente recomendación de Amazon.com.

amazon

Otra notable recomendación de Amazon fue la música de Chosmsky.

Adiós a mi banco

31/01/2009

Ayer cerré la cuenta que tenía en uno de los bancos con los que operaba normalmente. No sólo me cobraban una cantidad disparatada por las tarjetas de débito y crédito, sino que además subieron la cuota mensual de mantenimiento de cuenta de 0,90€ a 1€.

Parece poca cosa, ¿no?

Pues no lo es. El aumento ha sido del 11,5%. Una brutalidad.

Por otra parte, la comisión de mantenimiento de cuenta es otra de las cosas torcidas del sector financiero. Encima de dejarles mi dinero a casi nulo interés les tengo que pagar por guardar mi dinero. Guardar mi dinero es una manera de decir, ya que está claro que mi dinero no está físicamente en ninguna caja fuerte de ningún banco, sino que sólo son bytes en bases de datos.

¡Habráse visto semejante insolencia!

22 kilos

10/07/2008

LLevando en bicicleta a mi hija Eloísa (5 años, 22 kilos), me siento como Atila sobre su mejor caballo.

Del centro de Badalona a Sant Andreu, al casal d’estiu, bajo el sol matinal.

La Central Térmica del Besòs es la primera batalla, después viene el edificio del Forum, o mejor dicho, el Pabellón Herzog. Luego, mientras cabalgo por la Rambla de Prim, cruzar la Gran Vía es el siguiente hito, que sorteo con total hidalguía.

Hasta que irrumpe, desde el pasado, la muela del juicio. La única que me queda, la que dijeron que ya no hacía falta sacar. Aparece. Se hace notar, me hiere. Se abre paso en mi encía y me perfora el cerebro.
A los 38 años. La maldita sigue ahí y vuelve a la carga.

Y me tira de cabeza a la tierra.

Cambio de marcha. Me queda la subida del final de la Rambla de Prim, cruzar la vía del tren y después es un tramo fácil hasta Fabra i Puig. Eloísa ya no pesa 22 kilos, sino 220. Aunque debo decir que el pedalier recién estrenado es una maravilla.

Entretanto, con la punta de mi lengua, provoco al monstruo agazapado que se esconde en el extremo derecho de mi mandíbula y sigo pedaleando como si nada.

Día de internet: una anécdota

17/05/2008

Hoy como es el día de Internet, revelaré una de las mayores metidas de pata que he protagonizado.

En mayo de 2000 yo era uno de los veintipico de voluntarios en la realización de la conferencia WWW9. Mis tareas eran las clásicas de voluntario: asistir a los ponentes, solucionar algún problema de audio, repartir los apuntes en los workshops, etc. Una de las tareas que me tocó fue controlar las identificaciones de la gente que asistía a la cena. La consigna que me dieron era muy clara: no podía dejar pasar a nadie sin identificación.

Yo cumplía con mi deber y cortesmente pedía: May I see your badge, please?
Casí todos los asistentes lo tenían visible y los que no lo tenían accedían a mostrarlo cuando se lo solicitaba. La hora del comienzo de la cena se acercaba y yo tenía ganas de que la cosa empezara para poder ir a cenar yo también y charlar con gente interesante.

Justo llegó un tipo y cuando le pedí su badge me dijo que no lo tenía y yo le dije: I am afraid I cannot let you enter, sir.

Por suerte antes de que la cosa pasara a mayores uno de los del comité de la conferencia me dijo que lo dejara pasar.

El típo al que yo no había querido dejar pasar era Tim Berners-Lee, uno de los inventores de la web.

Vicky Cristina Barcelona

14/05/2008

La última película de Woody Allen, que se estrenará en septiembre, transcurre en Barcelona y se llamará Vicky Cristina Barcelona.

La cosa es que los temas centrales de la película han sido compuestos por mi amigo de la adolescencia Alejandro «Loco» Mazzoni y su banda (la que canta es su novia Giulia). Los temas parece que serán muy importantes en la película y si no fíjense en el trailer, en el que sólo se oye la música (lo cual nos libra, gracias a dios, de oir hablar a Penélope Cruz):

Cuando Allen estuvo filmando en Barcelona, el Loco (o uno de sus secuaces) se acercó al hotel donde se alojaba Allen y le dejó un CD con unas cuantas canciones compuestas para la ocasión. Si la historia es cierta Allen puso el CD en el coche mientras se dirigía al set y quedo tan maravillado por la música, que decidió incluir dos canciones en la banda de sonido de la película. Ni siquiera han tenido que volver a grabar, Allen ha utilizado las versiones originales que aparecían en ese CD que le dejaron en el hotel.

¡Felicidades Loco!

—-

Post Scriptum 20/9/2008:
El grupo del loco, Giulia, Jens, Maik y otros se llama Giulia y Los Tellarini.

Estropajos de diseño

22/04/2008

Estropajos, o esponjas, como se dice en otros lugares. Estropajos, esponjas, ¡que más da como se diga mientras sean de diseño! Sí, son de di-se-ño.

Vi el spot publicitario hoy por la mañana, mientras desayunaba y casi me muero cuando un pedazo de tostadita Ortiz se me quedó atragantada. Tal haya sido por la sorpresa ante semejante despropósito o tal vez haya sido una respuesta refleja de mi cuerpo (¿mi sistema límbico?) que se resistía a tragar el inocente bocado de dorado panecillo, al confudirlo con un trozo de venenosa esponja de diseño.

Más info sobre las intragables esponjas de diseño.

Paraguas amarillo

18/04/2008

Hace un par de días que llueve en Barcelona.

– ¿Me cambiás tu paraguas azul por el mío? Me pregunto Selva, mi hija de 13 años.
– Ni loco. Le contesté.
– Dale pa, es que el mío es amarillo y no quiero ir por ahí con un paraguas amarillo.
– Ni loco, tu paraguas es de esos chinos, el mío es uno plegable de los buenos, es holandés. Le repliqué.
– ¡El mío también! Dijo casi indignada.
– De acuerdo, entonces sí.

Y nos intercambiamos los paraguas.

Pequeños placeres cotidianos

22/01/2008

Si uno escucha el player de Last·fm buscando artistas similares a Beth Orton, es posible que luego de cosas agradables como Cat Power o Aimee Mann, la cadena de relaciones se desvirtúe y terminemos escuchando a las más abyectas cantantes. Sin embargo, este sufrimiento se mitiga con el placer que se obtiene al poder banear a Alanis Morisette, Tori Amos y Sheryl Crow en una misma sesión.

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Ya.com vuelve a la carga

3/11/2007

Hace una semana comentaba como me había librado de Ya.com y Jazztel.

Los bellacos tardaron poco en volver a dar conmigo, ayer me llamaron otra vez. Me resultaba increíble estar hablando con ellos de nuevo, mientras lo hacía me venían a la mente escenas de horribles películas de robo de identidad con Sandra Bullock. Le pregunté al ya.comero de dónde habían obtenido mi número y me dijo que de las Páginas Blancas (guía de teléfonos). Supongo que se refería a las Páginas Blancas en internet porque en las impresas aún no figuro, aunque sí estoy en la versión de Internet, porque cuando me di de baja no pensé en solicitar a Teléfonica que dejara de incluirme en la guía.

El operador de Ya.com (otra vez desde un call center en Argentina) dijo algo increíble: que si quiería dejar de recibir llamadas tenía que pagarle €100 al estado español (sic) y pedir que no me incluyeran en la guía de teléfonos, de esta manera ya.como dejaría de llamarme.

Hoy por la mañana hice dos cosas, la primera fue dejar finalmente de procrastinar y ponerme a escribir la carta intimando a Ya.com a que dejara de llamarme por teléfono, la segunda fue llamar al 1004 y pedirles que me eliminaran de las Páginas Blancas. Los de Telefónica realizaron el cambio, ya no figuro en la guía, y ni siquiera tuve que pagarle €100 al «estado español». Más tarde saldré a comprar estampillas (sellos) para franquear la carta. ¿Dónde hay un buzón?